Con amor profundo y sincero, con servicio desinteresado y con humildad de corazón haremos un mundo mejor. Si todos pensamos, sentimos y vivimos de tal manera, nuestros días serán distintos; aportemos con nuestra actitud de tal modo, para así lograr al fin transformar la humanidad; empecemos en cada uno de nosotros. El mundo habita en nuestro interior, transformémoslo desde ya y así lo iremos a gozar más con verdadero e inmenso valor y a plenitud.
En las siguientes páginas comparto mi punto de vista personal a través de reflexiones que abordan esta temática en las que expongo apreciaciones de enfoque humanista como también espiritual con las que es mi querer tocar los corazones y las conciencias hacia la aceptación, la orientación y el ejercicio cada vez más profundo DEL AMOR, EL SERVICIO Y LA HUMILDAD, como es para Dios el máximo deseo que logremos acercarnos a ÉL en la práctica y cumplimiento continuo de su Santa Palabra.
El Autor.